Publicado por: Paúl Miguel Ortega González, en Aug 24, 2020
Hay un dicho muy común entre los fotógrafos y los aficionados a la fotografía que dice que “la mejor cámara del mundo es la que tienes en ese momento”. La aparición de teléfonos con cámara y, sobre todo el aumento de la calidad de los sensores de éstas, convierte nuestro teléfono en “la mejor cámara”, ya que es la que prácticamente siempre llevamos con nosotros. Además, los smartphones añaden mucha libertad y espontaneidad a la hora de hacer fotos.
Estamos atravesando un momento crucial con los celulares, más allá de ayudar a facilitar el día a día, los últimos lanzamientos traen incorporada una cámara que permite hacer fotos como todo uno profesional. ¿Cómo aprovechar al máximo esta oportunidad?
Actualmente, es más fácil lograr buenas fotos con el celular, ya que muchos están configurados para optimizar de forma automática los ajustes de la cámara y ayudarte a lograr mejores imágenes. Mi consejo principal se enfoca en los aspectos externos de la foto. Si el objeto principal de la imagen se encuentra en un fondo que no le favorece, no resultará en una buena foto. Se trata de estar consiente del entorno en el que tomas la foto y saber que todo lo que se encuentra alrededor afecta la imagen.
La luz se podria decir que es el elemento mas importante en una buena fotografia. La luz puede comunicar un mensaje completamente diferente dependiendo de cómo se utilice. Si una foto está completamente iluminada es muy diferente a si está oscura, y, por ende, transmitirá mensajes diferentes al ojo humano. Un consejo primordial para manejar bien la luz sería no darle la espalda al sol cuando tomas una foto y en general, siempre tratar de buscar ángulos donde la luz natural sea tu aliada.
Cuando se trata de fotografía móvil, es mucho más sencillo manejar la luz, ya que los dispositivos la nivelan e igualan automáticamente.
La regla de los tercios es muy importante porque es algo que está científicamente comprobado para lograr el mejor encuadre en una foto. Aplicarla es muy sencillo, se trata de dividir la imagen mentalmente en tres tercios, de tal manera que quede dividida en 9 partes iguales; luego, se deben identificar los cuatro puntos de intersección de esas líneas, y esos serán donde se deben situar los objetos principales que se quieran destacar de la imagen.
Esta regla siempre se debería aplicar porque al ojo humano le atrae más una foto donde los elementos principales estén distribuidos de manera equilibrada.
La selfies empezaron como algo muy informal, pero se han convertido en algo más importante. Mi consejo para llevar una selfie a otro nivel implica jugar con los alrededores y las herramientas que proporciona la cámara, y así convertirla en un verdadero retrato. Las selfies revelan mucha intimidad y personalidad, por lo que las considero una manera interesante y cercana de contar una historia.