Publicado por: Paúl Miguel Ortega González, en Aug 25, 2020
Si te has decidido por fin a comprarte una cámara “de las buenas”, si no haces más que recibir alabanzas a las fotos que haces con el móvil y cuelgas en Instagram, si siempre te atrajo eso de la fotografía pero nunca te atreviste a meterte en serio con ello... Si estás en alguno de estos casos quizá deberías saber una serie de cuestiones importantes que nadie suele contar a quien se apresta a adentrarse en el apasionante, pero también complejo, mundo de la fotografía.
Cosas que un novato no suele conocer y que, quizá, pueden echarte para atrás cuando ya te has comprado una carísima réflex último modelo. Cosas que quizá te hagan pensar que esto no era lo tuyo y que te bastaba con tomar instantáneas sin más ambiciones y pasar de complicarte la vida aprendiendo qué es el diafragma, la velocidad de obturación, el ISO, la profundidad de campo, la distancia hiperfocal.
Como principiantes, no tiene sentido adquirir una cámara de 2.000 euros. Debemos pensar para qué vamos a usar la cámara. De hecho, hay varios tipos de fotógrafos.
Si hemos optado por una réflex, es mejor olvidarnos del modo automático. En su lugar, debemos centrarnos en los siguientes programas:
Para usar cualquiera de estos programas, necesitamos saber los puntos básicos de la apertura, del tiempo de exposición (velocidad de obturación) y de la ISO, porque el aspecto de la imagen dependerá principalmente de la combinación de estos tres valores, que definirán la exposición.
El tiempo de exposición no es más que el período durante el cual dejamos que incida la luz sobre el sensor. Cuanto más breve sea el tiempo de exposición (por ejemplo, 1/4000 s), más oscura será la imagen. Por el contrario, cuanto más largo sea el tiempo (½ s), más clara será la fotografía.
Con la apertura se puede controlar la cantidad de luz que incide sobre el sensor. Cuanto menor sea el valor de la apertura (por ejemplo, f / 1,8), más abierta estará y más luz llegará al sensor. También con un bajo valor conseguiremos que salga difuminado el entorno del objeto al que estamos enfocando. Por el contrario, para valores altos (por ejemplo, f / 18) tanto el primer plano, como el fondo, saldrán enfocados.
El calor de la ISO determina la sensibilidad del sensor a la luz. Cuanto mayor sea el valor de la ISO, más brillante será la imagen. También, cuanto mayor sea el valor ISO, más ruido digital aparecerá en la foto.
Con las cámaras réflex convencionales, la ISO varía entre 100 y 6400. Si fotografiamos en un lugar bien iluminado o con luz solar directa, debemos seleccionar la ISO más baja posible.
Debemos recordar que, cuando el sujeto no está en el centro, la imagen suele ser buena. Es la regla de la sección áurea, o también, la regla de los tercios. En algunos modelos de cámaras, incluso se puede especificar que ya aparezca en la pantalla del visor un enrejado que nos simplifica la composición «en tercios».
Tomar buenas fotos es mucho más que sólo comprar una cámara, pero ese es el primer paso. Hoy en día todo el mundo tiene una cámara, ya sea en su celular, tableta o una para el paseo. Incluso, hay quienes tienen más de una cámara profesional. No necesitas ser un fotógrafo profesional para tomar buenas fotos, lo que necesita es conocer lo básico, tomar muchas fotos, y estar preparado para borrar todas las malas tomas. Además, aprender cómo usar un buen editor de fotos te ayudará a organizar tus fotos tus memorias y a corregir algunas imperfecciones.
Claro que además de conocer la técnica, en fotografía hay una parte artística que es seguramente más importante y que se tarda aún más en dominar. Hablamos de aprender a componer (osea saber distribuir eficazmente los elementos en el encuadre), de saber interpretar las cambiantes condiciones de luz que te puedes encontrar en una escena, o de educar nuestro ojo para ser capaz de de contar una historia y transmitir emociones con nuestras fotografías. Esto es algo que no se consigue fácilmente. ¿Que cómo se hace? Estudiando y practicando.